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domingo, diciembre 13, 2020
Cabeza y corazón
viernes, noviembre 13, 2020
Hay alguien ahí...?
martes, octubre 13, 2020
Ni puñetero caso.
Tendrán que perdonarme el adjetivo, habida cuenta de lo comedido que aparento ser a veces, pero diré en descargo propio que, por serlo, sustituí el primero que se me vino a la mente, de igual inicio y parecido significado, aunque más contundente y de peor gusto. Lo he usado para calificar el recorrido de una idea, habitante añeja en uno de los circuitos que conservo íntegros, por si a quien corresponda le parece viable, incluso al precio de adueñarse de ella.
domingo, septiembre 13, 2020
Reparto, órdago y jaque
Si cualquier escrito utiliza componentes subjetivos, éste los tiene biográficos. Treinta y ocho años de docencia comprometen y la espera de este comienzo de curso, instalado en el cómodo silencio del jubilado, me produce una zozobra de complicidad culpable que no estoy dispuesto a asumir. Quizás sea más directo de lo conveniente, pero me niego a admitir que los docentes –escribo usando el genérico- deban ser héroes ni mártires.
jueves, agosto 13, 2020
La hora de la verdad.
Tras el calor y las fiestas de todos los agostos, cada comienzo de curso intenta poner fin al desorden de horarios y costumbres. Será una obviedad decir que el de este año tiene que ser distinto, añadiendo luego lo del “verano atípico”, pero ahí está septiembre. La normalidad que pretenden las administraciones educativas tiene a padres y docentes sumidos en un mar de incertidumbres, por más que en esta crisis hayamos comprobado que se cambian criterios en cuestión de horas y aún quede plazo suficiente para albergar nuevas inquietudes.
lunes, julio 13, 2020
En cabeza ajena.
Nadie escarmienta en cabeza ajena y nadie debiera experimentar en ese sitio, pero me temo que ocurre. En columnas anteriores he insinuado mi debilidad por los escasos defectos que adornan a nuestros representantes públicos, seguramente porque nunca di el perfil para serlo, pero alguna vez hay que repartir equitativamente la leña y no colgar el sambenito siempre a los mismos. Habrá que asumir nuestra responsabilidad, ésa que tanto añoramos en cuanto sospechamos que nos merman. Que nadie se sienta acusado de algo que corresponde a todos, porque ahí está “la gente” para ser señalada cuando encontramos una culpa sin dueño, cual detritus resbaladizo, candidato a ser pisado, en la acera.
sábado, junio 13, 2020
Trabajo sucio.
miércoles, mayo 13, 2020
Tiempo de patriotas
Hay palabras que se quedan varadas en las arenas de la memoria, como si uno renunciara a utilizarlas, consciente de que están allí, pero a las que considera superadas o propias de épocas lejanas. Tal ocurre con la palabra que intenta calificar a quien ama el solar en que ha nacido o donde tiene su espacio de convivencia, utilizando un adjetivo atribuible a todos con carácter general – como el valor en la mili – lo que quizás no sea más que una presunción. A mí esta palabra me recuerda los tiempos que describió como nadie D. Benito Pérez Galdós, devuelta por la marea cien años después de su desaparición, como el mensaje embotellado que encalla de forma inesperada en nuestras vidas.
martes, abril 14, 2020
Los músicos del Titanic
Suele preceder a esta columnilla, por encima del título, una pequeña cartela que la califica como “opinión”. Sobrados como estamos ahora de opiniones, yo la nombraría como “congojas de cautivo”, por parecerme más real y con mayor merecimiento. Vuelvo a rendirme a la evidencia de que cualquier otro tema puede ser inoportuno, salvo que tuviera la vena cómica capaz de poner una sonrisa en cada vida, lo que sería hoy casi más valioso que ninguna otra cosa. Ojalá que el previsible desfase de noticias que han de sucederse hasta que puedan leerme, dé nuevos aires a la esperanza, palabra mágica y talismán que me acompaña en las repetitivas caminatas por el pasillo que convierto cada día en estadio doméstico.
viernes, marzo 13, 2020
Miedo al miedo
El miedo es una emoción primaria,
quizás crítica en la continuidad de la especie, que protege nuestras vidas mediante
la percepción de peligro, de manera que la voluntad pueda optar por evitarlo.
Previene ante lo desconocido desencadenando un sistema de alerta que analiza la
situación en busca de una estrategia capaz de encontrar la respuesta que haga
más probable la integridad.
En el esquema evolutivo irracional, el mecanismo del miedo encuentra mayoritariamente dos salidas: el ataque, cuando la razón prevé seguridad de éxito y la huida o evitación, cuando existe duda o certeza de fracaso. Se supone que los racionales tenemos un cierto grado de control del miedo y por ello cabe esperar que una gestión razonada nos proporcione alternativas suficientes para decidir la respuesta óptima. El problema aparece cuando la cuestión exige una rapidez que simplifica el análisis o deja directamente las riendas en manos de un sistema límbico que asegura solamente el instante sin prever lo que sigue. Ahí tenemos los ejemplos de huidas que nos ponen en peligros mayores que los evitados, como el volantazo que nos saca de la carretera por esquivar un peligro menor.
jueves, febrero 13, 2020
Si fuera juez
Por convencimiento y también por razones profesionales, siempre he proclamado que cualquier persona puede llegar hasta donde se proponga, si compromete voluntad y trabajo en ello. Aún mantengo este principio, pero con alguna matización que aplico para mí, en primer lugar porque cada uno debiera conocerse mejor que nadie y luego, porque me ahorro el atrevimiento de opinar sobre otro. El caso es que yo no podría ser juez por falta de objetividad pero sobre todo, por estar dispuesto a reconocerlo.
No podría dormir, ni siquiera excusando la versión frívola que la actualidad ha dado a esta expresión, lo cual no me impide caer, como humano, en la abundante debilidad de creerme capacitado para arreglar cualquier entuerto de forma pronta y eficaz. Probable residuo de la mínima parte de herencia quijotesca que me corresponde.
lunes, enero 13, 2020
Nos hacen torpes
Hubo un tiempo, es verdad que lejano, en el que el dominio de la lectura y la escritura marcó una frontera que nos clasificaba y permitía el acceso a la mayoría de conocimientos. Por inevitable fortuna, dejamos atrás ese filtro mientras aparece otro, de más amplio cometido, como es la utilización de automatismos y medios digitales que se adornan de pretendidas facilidades para nuestra vida, al precio de hacernos más diferentes frente a las complicaciones que asumimos.
Para muestra, el empeño de las
entidades bancarias en proponernos operaciones que debemos hacer nosotros
mismos – manteniendo las comisiones- para cualquier gestión. No se conforman
con que sepamos sacar dinero del cajero automático, sino que insisten para que
aprendamos a pagar con el móvil y otras tareas que harán innecesarios los
puestos de trabajo de los mismos que nos enseñan.