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sábado, febrero 13, 2021

Sin ser sabio

 


Toca hoy rectificar, lo que no implica otra cosa que el reconocimiento de una evidencia, sin necesidad de aprovechar la ventaja de un refrán que en este caso no se cumple. Había, además, un compromiso adquirido en el primer lance, así que no se trata tanto de sabiduría como de memoria para saldar una deuda adquirida por escrito. El que paga, descansa.

Algún lector quizás recuerde que en mis columnillas de agosto y septiembre pasado, puse más que en duda la prudencia de la autoridad educativa al decidir una vuelta a la normalidad presencial sin apenas otras adaptaciones que buenos consejos obviando una disminución, siquiera temporal, de las ratios que consideré imprescindible para evitar un desastre. Nada que ver con las medidas impuestas a tantas empresas, a las que obligamos a entender que la salud debe prevalecer sobre el negocio, por mucho que para ellas no exista una cosa sin otra. Bien, pues ha pasado medio curso y no se han producido, por ahora y que sepamos, la debacle que temí y posiblemente anunciaba.