Tendrán que perdonarme el adjetivo, habida cuenta de lo comedido que aparento ser a veces, pero diré en descargo propio que, por serlo, sustituí el primero que se me vino a la mente, de igual inicio y parecido significado, aunque más contundente y de peor gusto. Lo he usado para calificar el recorrido de una idea, habitante añeja en uno de los circuitos que conservo íntegros, por si a quien corresponda le parece viable, incluso al precio de adueñarse de ella.