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lunes, agosto 13, 2018

Silbar y mirar al cielo

Nos guste o no, somos animales sociales y de ello depende, en gran medida, el éxito de nuestro proyecto como especie. La construcción de un puente, una muralla o un cuerpo de ciencia, requieren muchos esfuerzos e ideas bien unidos. Una cofradía, un equipo o cualquier población, demuestran que, al menos a nivel teórico, nadie puede vivir aislado, aunque alguna vez nos seduzca la idea de intentarlo.  

Del mismo modo, cuando vienen mal dadas, es recomendable repartir el quebranto en dosis menores, de manera que, si es posible, se haga más llevadero. Esto algunas veces se consigue de forma espontánea y otras mediante costumbres o normas que originan la cooperación y la solidaridad.