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sábado, abril 13, 2019

Lucky corto

Fiel a su estilo de silencioso observador, hizo el último mutis para marchar con el menor ruido posible casi a finales del año pasado. A lo largo de un tiempo divirtió a los lectores de El Corto de Loja con relatos cotidianos llenos de imaginación e ingenio, cuya lectura destila una intención inequívoca de reírse de su propia sombra sin hacer daño a nadie. 

Tratando de evitar el homenaje fácil, mucho menos póstumo, debo reconocer al admirado columnista que supo hacernos reflexionar desde el humor fino, directo y respetuoso en cada entrega de su “Adónde vamos a llegar!”. Hace pocos días lanzaba Manolo Martín la idea de que se editara una recopilación de estos escritos, cosa que aplaudo añadiendo que su lectura sigue provocando hoy la hilaridad del lector y goza, en algún caso, de parecida actualidad. 


Aunque coincida con el viento que sopla en la hora triste de las alabanzas, transcribo aquí una carta abierta que le envié al periódico con fecha de octubre de 1998, hace algo más de 20 años.