No estoy de acuerdo en que el retorno de una siesta tenga que ser necesariamente pesaroso. Como todo, será cuestión de dosificar, medir y tener la suerte de cortar la secuencia justo antes de que entren los malos humos. Cuando tal ocurre y al abrir el ojo te encuentras con un buen documental de la 2, puede hasta ser una delicia y alguna vez, por circunstancias concretas, ocasión para aprender.