Buscar en este blog

lunes, mayo 13, 2019

Ruido de urnas y tambores

Por mucho que disfruten con los desfiles procesionales, coincidirán conmigo en que esperar a que pasen, dependiendo del sitio, se hace interminable. En tal caso, uno tiene un amplio abanico de posibilidades para entretener el tiempo además del socorrido recurso al móvil, que parece la ocupación que gana más adeptos para ese tipo de situaciones. A mí algunas veces me da por pensar y descubro con frecuencia lo ocurrente que puede ser una mente ociosa con tal de que tenga algo de tranquilidad, tiempo y persistencia. Cuando le coges el punto, se te puede hacer hasta corta una espera.  

En esas andaba la pasada semana santa, situado previamente en un rinconcillo tranquilo y poco utilizable como paso de peatones -una mala suerte que me persigue- cuando me puse a cavilar sobre la curiosa circunstancia que ha hecho coincidir estas fiestas con la campaña electoral. Este aumentaba la probabilidad al concentrarse en primavera más de una convocatoria democrática, pero no es la primera vez que ocurre, pues hay un antecedente en las municipales de 1931. Aunque a nadie le parezca una casualidad propicia, será luego ocasión para que los perdedores encuentren razones a su fracaso y los favorecidos por las urnas añadan mérito a su logro.