Buscar en este blog

martes, abril 14, 2020

Los músicos del Titanic

Suele preceder a esta columnilla, por encima del título, una pequeña cartela que la califica como “opinión”. Sobrados como estamos ahora de opiniones, yo la nombraría como “congojas de cautivo”, por parecerme más real y con mayor merecimiento. Vuelvo a rendirme a la evidencia de que cualquier otro tema puede ser inoportuno, salvo que tuviera la vena cómica capaz de poner una sonrisa en cada vida, lo que sería hoy casi más valioso que ninguna otra cosa. Ojalá que el previsible desfase de noticias que han de sucederse hasta que puedan leerme, dé nuevos aires a la esperanza, palabra mágica y talismán que me acompaña en las repetitivas caminatas por el pasillo que convierto cada día en estadio doméstico.