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sábado, julio 16, 2016

Cuatro años ya

Va a ser ésta una columna falta de objetividad, cortada por la obstinación y un obituario a deshora. Enviada en su tiempo, esperé en vano su publicación hasta que, al pedir explicaciones, un encargado de la redacción condicionaba este necesario desahogo a la importancia y carácter público del fallecido, categoría en la que no podían entrar mis cálculos, por consistentes que fueran mis razones.